lunes, 28 de septiembre de 2009

Carta 1... por una nueva Ley de Comunicación Audiovisual


La televisión desborda nuestras vidas, se inserta cada vez con mayor intensidad en nuestro día a día.
La antesala virtual de las elecciones del pasado 28 de junio dejó demostrado el enorme rol que juegan los medios de comunicación en la formación y constitución de una sociedad. Fue notable cómo desde el mencionado sector se absorbieron los temas de debate, simplificándolos sobremanera y desplazando el plano del pensamiento y las ideas, instaurando, en su lugar, una mera imagen virtual.

Es hora de que busquemos nuestros propios colores, como diría el olvidado poeta, para pintar nuestro propio camino.
Este es el momento. Es imprescindible sustituir la ley de radiodifusión vigente. Es necesario reemplazar esa ley autoritaria y monopólica, promulgada, como todos sabemos, aunque algunos intenten minimizarlo, por la dictadura militar en 1980.
Esta ley vetusta, posibilita la concentración de medios y permite al ejecutivo digitar quién puede tener una frecuencia y quién no, qué se puede decir y qué no.
Los medios no son una ventana a la realidad. En principio, porque la realidad no es una, sino que hay múltiples realidades, y la realidad de los medios de comunicación, cuando son enormes corporaciones concentradas, refiere meramente a sus intereses económicos. Y esta realidad es, además, intrínsecamente opuesta a los intereses de los sectores acallados, a los intereses de la mayor parte de la sociedad, en síntesis, a los intereses del pueblo.
Aquellos poderes mediáticos monopólicos, que vivían al amparo de los gobiernos de turno, titulan este nuevo proyecto de ley como: “ley de medios K”, “ley mordaza”. “ley de control de medios”, “proyecto chavista”. Etc.
¿Puede ser una ley propia de un gobierno, cuando una de las bases fundamentales del proyecto son los 21 puntos de la coalición por una radiodifusión democrática, formada por cientos de organizaciones sociales?, ¿no hubo 24 foros donde se discutió la ley, y de donde surgieron importantes modificaciones?, ¿no se sumaron al proyecto importantísimos aportes de fuerzas de la oposición?
La desvergüenza más acuciante llega desde el mismo sector que se ocupó de ocultar el enorme debate sobre el proyecto que se viene desarrollando a lo largo y a lo ancho del país, en los foros, en las universidades y en los “café cultura”, es decir la desvergüenza más acuciante llega desde los medios de comunicación más concentrados.
¿Por qué será que no dijeron nada del viejo proyecto hijo de la sangrienta dictadura de 1976?
El horizonte está, lejos o cerca, ya podemos vislumbrarlo. Aunque el enorme poder de los medios de comunicación en nuestro país, hace urgente la sanción de una nueva ley. No hay tiempo que perder. No se puede seguir escuchando los interrogantes que los grandes medios instalan como grandes dudas en la sociedad.
*¿Qué el nuevo proyecto es monopólico?
¿Acaso no existe hoy oligopolio y cuando le tocan el bolsillo a uno de ellos actúan como uno solo?
*¿Qué los cambios que hicieron, los hicieron para ganar votos?
¿No es esto válido?, ¿no hay detrás del voto una postura ideológica, no es el voto la máxima expresión de la democracia?
*¿Es para pegarle a Clarín?
¿Acaso no es esto una falta de respeto para aquellos que vienen peleando por una nueva ley desde hace más de 25 años?
Eso también es impugnar el debate. Si desde los medios se dice que este gobierno está peleado con todo el mundo, ¿qué vamos a discutir? si toda propuesta es para pegarle a la parte interesada.
*¿Qué el congreso es ilegítimo?
¿No son estos los mismos diputados y senadores a los que las patronales sojeras fueron a golpearle la puerta del despacho y desde los medios se les hacía un llamado a que bajaran los derechos de exportación de soja?, Y aquellos que fueron a golpear las puertas del congreso, ¿no son los mismos sectores que hoy se oponen a la ley de servicios de comunicación audiovisual?
Los medios de comunicación, aquellos mismos que con la simplificación, la inmediatez, horadan la política, se autoerigen, ahora, como representantes supremos de la voluntad popular, que es además, según ellos, una voluntad más directa y continua que en el caso de los gobiernos, ya que a ellos los “eligen todos los días”. Vale decir, que previamente se encargaron de denostar la acción política, y repiten una y otra vez: “damos al público lo que el público quiere”.
Lo que no dicen es que el bombardeo constante y profundo, de su punto de vista, que hacen a las conciencias de los ciudadanos, se va instalando por la despiadada repetición continua.
A la mañana cuelgan un título en el matutino; “el pan cuesta 10 pesos el kilo”. Los programas de TV. a media mañana, toman esa noticia, cuentan cómo subió el precio del pan. Los programas del mediodía hacen alguna que otra nota a algún “panadero”, preguntándole cuánto está costando el pan. En los programas de la tarde arman una entrevista con alguien relacionado con el rubro. Y por la noche levantan el tema con un distinguido panel de especialistas para debatir sobre el mismo. Han creado una noticia. Nos han impuesto una agenda. Nos han hecho la realidad. Tan eficaz es este mecanismo, que aquel que no se encuentra con esos precios, se cree un afortunado, la fortuna parte de la creencia en ese discurso mediático.
Hoy, aquellos que participaron del vaciamiento de los partidos, se hacen los desentendidos del tema, para erigirse como los auténticos y legítimos salvadores del pueblo. Por eso la urgente necesidad de una nueva ley de servicios de comunicación audiovisual.
Desde el advenimiento de la democracia, proyectos de ley hubo muchos, lo que no hubo fue decisión política. Hoy tenemos un extraordinario proyecto y vemos con agrado y satisfacción las intenciones de sancionarlo, y parece que no somos los únicos que pensamos que hoy sí la hay.
Y en este contexto, aparecen aquellos que quieren ser funcionales a un futuro gobierno, y dejan ver su halo de complicidad. Ahí De Narváez, Macri, Carriò, Reutemann, entre tantos otros.
Pero ahí también Cobos, aquel que integró la fórmula presidencial de un gobierno, con un modelo de país explícito que luego no acompañó.
Por eso Cleto, ante una sociedad devastada por el bombardeo mediático, fue y es funcional a los grandes poderes políticos que benefician a los monopolios y oligopolios de comunicación, a las trasnacionales y corporaciones que debilitan al país. Y es aquel que cuidó del hospedaje de Vila y Manzano, los dueños de los medios.
Desde Carta Abierta Colón, apoyamos este nuevo proyecto de comunicación audiovisual, y repudiamos profundamente los intereses destituyentes del sector mediático – opositor, y del sector opositor – mediático.
Nueva Derecha, tal como los han llamado los compañeros de Carta Abierta Capital.
Nueva Derecha para designar posturas que se caracterizan por pensarse y actuar contra la política y contra todo movimiento e intención de pensarla como otra cosa distinta a la administración, la gestión, y el marketing.
Y nueva, porque han transformado sus imaginarios, sus formas históricas, se han convertido en una especie de salvadores del “pueblo”, han creado una lógica que les permite mimetizarse con los más entrañables reclamos populares y de la movilización social.
Así, hacen alusión al grito de Alcorta, hablan de libertad de expresión, de Derechos humanos, como nunca antes habían hablado y, contrariamente, antes habían enfrentado (y siguen enfrentando).
Formas, pero nada más. Dicen defender la libertad de expresión, concentrando el poder mediático en sus manos.
Dicen defender los derechos humanos y horadan a un gobierno que hizo lo que pocos por la defensa de esos derechos. Dicen defender los derechos humanos, cuando hicieron silencio frente a la muerte, desaparición y la corrupción en otros tiempos.
Una Derecha que reclama eficacia, eficiencia y no ideología, no política y sí mercado, mucho mercado. Esta nueva Derecha, niega el vínculo de las sociedades y su gente con el pasado, porque la negación del pasado, de la historia, es nuestra propia negación, la negación del presente, es robarnos nuestras identidades, e imponernos sus concepciones banales.
Si hoy nos encontramos juntos, es porque los vientos de la historia, no están de nuestro lado, están del lado de un sistema terrible y perverso, que nos viene triturando consecuentemente.
Desde hace mucho tiempo el lenguaje político viene siendo devastado. En su lugar surgieron aforismos salvadores depositarios de vaya uno a saber qué verdad.
Esta nueva Derecha lejos está de repudiar estos contenidos banales, poco complejos, al contrario, los explota hasta el hartazgo con su espontaneismo soez, con la inmediatez de sus discursos vacíos, profundizándolos, y negando la posibilidad de otro tipo de lenguaje.
Ley de servicios de comunicación audiovisual, pero no sólo eso, no es sólo una ley de medios, es fundamentalmente la apertura a voces hasta hoy silenciadas, la búsqueda de nuevos imaginarios culturales y subjetividades sociales. Porque esta ley atraviesa y encarna una enorme cantidad de problemas culturales, políticos y económicos, que tienen, hoy sí, una enorme posibilidad de volver al debate público, desde diversas posturas, abandonando la posición unilateral que hasta hoy estuvimos sufriendo.
En este contexto, el gobierno Nacional anunció la despenalización de la figura calumnias e injurias, mordaza legal que amenazaba a periodistas que querían trabajar libremente, sumando así un paso más para las formas libres de investigación y pensamiento, una avanzada mayor para el periodismo independiente.
El proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisuales significa nuevas voces que relaten las formas de producción agropecuaria, diversas posturas sobre el rol del Estado, nuevas posturas frente a la inseguridad, tanto aquella que ve solamente al que delinque, como aquella que se preocupa por la inseguridad del que no tiene para comer, ni donde dormir. También las voces de la naturaleza serán más escuchadas, hablaremos de minería, de glaciares, de agrotóxicos y tantas otras cosas que debemos hacer presente a la cotidianeidad del público, hacer presentes para profundizar el debate.
Por esto y por tantas otra cosas, una nueva ley de servicios de comunicación audiovisual es necesaria.

Espacio Carta Abierta Colón.

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